Si tenemos que hablar de uno de los mejores proyectos musicales mexicanos de la actualidad, sin duda tendríamos que levantar la voz por Diles que no me maten, la banda capitalina conformada por Jonás Derbez (voz), Andrés Lupone (bajo), Jerónimo García (guitarra), Gerardo Ponce (guitarra) y Raúl Ponce (batería y percusiones). Con quienes tuvimos la oportunidad de platicar de esta misma actualidad tan prolífica para la banda, llegando a nuevas latitudes y fronteras que nos hacen sentir confianza y que el rock mexicano está en buenas manos.
El pasado mes de octubre, Diles que no me maten, estrenó su LP Obrigaggi que sin miedo a equivocarnos es un trabajo discográfico que marca la pauta en la escena independiente, un antes y un después, una joya oculta que nos canta del amor, el desamor, la vida diaria, las prisas, con la calma y virtuosismo que solo ellos pueden lograr, ideal para escuchar debajo de la sombra de un árbol o viaje por carretera.
El nombre de la banda hace referencia a uno de los clásicos de Juan Rulfo. Apareció publicado por primera vez en agosto de 1951 en el Nº 6 de la revista América. Posteriormente sería incluido en la colección de relatos El llano en llamas, publicado en México por la editorial Fondo de Cultura Económica en 1953.
El cuento se encuentra ambientado en el México rural de inicios del siglo xx y se desarrolla en los últimos momentos de vida de un hombre. En él Rulfo explora temas como la venganza, el remordimiento y cómo las consecuencias de nuestros actos nos persiguen, aunque creamos haberlas dejado atrás.
«¡Díles que no me maten, Justino! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad. Así
díles. Díles que lo hagan por caridad.»
Salvador Medina: Respecto a Obrigaggi, siento que las canciones tienen una especie de hilo conductor, es un gran álbum, que entre canciones se complementan entre sí ¿Cómo fue creada esta idea de un álbum tan fuerte sentimentalmente, cómo fue que fluyo tan perfectamente?
Diles que no me maten: Las letras del disco solitas tienen que ver entre ellas, porque pertenecen al mismo universo sentimental, sincero, en el que estabámos pasando, son un momento cabal. El hecho de que se sientan como en órden obedece a que estabámos pensando en como podrían funcionar, desde una narrativa profunda, pero realmente no era nuestra intención.
Diles que no me maten: Nosotros hasta cuando componemos, improvisamos, todas nuestras decisiones son improvisadas hasta cierto punto jaja. Me acordé por lo que dice Gerardo, pero sí planeamos como que las transiciones te vayan llevan a través de las canciones, hasta la última que no tiene letra y que sea como un eterno pasaje sentimental, como para que te acuestes en tu cama e imagines muchas cosas. Cómo llegamos a ese momento, el disco empieza con una presentación algo alegre introspectiva casi demoniaca y luego vuelve al sentimiento y de ahí como que empieza a sentirse más ligero hasta llegar a «Pajaritos y Derrumbes» o «La forma del esqueleto» que te da la oportunidad de entrar en ti mismo.
Salvador Medina: A mi me pega durísimo «El Circo», «Cuando el sueño se rompió», en general todo, siento que cada que escuchas el disco, siento como que descubres algo nuevo, como si se liberara una nueva capa, una sensación nueva, cada escucha al álbum completo tiene algo especial.
Diles que no me maten: Muchas gracias, fíjate que a mí ya no me pega tanto, peró si me sentía un poco como tu al principio jaja.
Salvador Medina: Quería platicarles que soy originario de Ciudad Guzmán, Jalisco, un municipio cercano al mítico «Llano en Llamas» que narra Juan Rulfo, nacido en San Gabriel, Jalisco, muy cerca de Guzmán. El nombre de la banda protagoniza uno de sus clásicos ¿Cómo fue que nombraron a la banda bajo una obra literaria?
Diles que no me maten: Siento que el nombre fue algo que no pensamos a profundidad al principio, nos gustaba simplemente como sonaba, así nombramos a la banda y con el tiempo siento que fue tomando sentido, es raro el nombrar porqué te llamas como te llamas. Está un homenaje a Juan Rulfo, claro, pero la gente le ha dado un mucho mejor sentido que nosotros, posteriormente leímos el cuento y es un gran cuento, ahí adquirío mucho sentido. Los nombres como que llegan a ti, llegó solito a nosotros, y es padre verle significado a las cosas y es muy interesante ver como las conexiones que se hacen, la gente le dio mucho sentido y eso nos pasa mucho, crean sus propias rázones y a veces son hasta más interesantes que la idea original y siento que es de mucha suerte, conectar con esa parte no dicha de lo que observamos y sentimos.
Diles que no me maten: Por ejemplo lo que nos gusta mucho de Obrigaggi, es escuchar lo que la gente piensa que es Obrigaggi. Una vez alguien me dijo que era como el color naranja y me encantó, y el color naranja existe en el álbum.
Salvador Medina: Si justo la foto que funciona cómo portada al álbum, como ese resplandor naranjoso de va de adentro hacía afuera, quizá esa teoría pueda ser muy acertada.
Diles que no me maten: De hecho esa casa es en donde grabamos el disco, y para nosotros esa casa sí tiene mucho significado, la foto fue tomada mientras grabamos, la casa se ubica en La Pitaya en Veracruz, se llama «La casa de los milagros» o «la casa pulpo», porqué tiene una forma muy rara, no tiene ángulos rectos, es una cámara de eco muy loca no tan favorable para grabar un disco, pero te inspira mucho el lugar, es de un arquitecto que se llama Danilo Vega, y es un poco como Gaudí la onda, esa casa se combina muy bien con la naturaleza del lugar, parece una casa que emergió de los hongos.
Salvador Medina: ¿Cómo llegó esa casa a ustedes?
Diles que no me maten: La casa ya la conocíamos, pero fue porque en el Teatro Lúcido, este teatro surrealista de la CDMX en Santa María de la Ribera, ahí nos intercambio una residencia a cambio de un concierto, ellos la usan para hacer residencias artísticas y les intercambiamos 10 días por un concierto, duramos quizá un poco más jaja, fue un proceso un mágico desde que amanecía nos poníamos a trabajar hasta que caía la noche, teníamos breaks de ir al río a nadar o acostarnos en el pasto, fue muy fácil grabar un disco en un lugar así. Y creo que se escucha en la música del disco, creo que puedes escuchar entre las canciones que hubo breaks de ir a nadar al río, no se siento que de alguna forma eso se refleja.
Diles que no me maten: Nos gusta mucho este disco, porqué siento que somos las mismas personas pero en una condición totalmente diferente a los dos primeros discos que fue grabar bajo una carga de vida y acá en este caso ahondamos en nuestras emociones de todo un año, llegamos de una gira, antes de ir a Veracruz fuimos al norte del país y eso nos ayudó mucho a llegar a esas emociones.
Ante una realidad prolífica, Diles que no me maten previamente con una destacada participación en KEXP, en la primera edición de Pitchfork CDMX, giras y más sueños por cumplir, estamos ante una banda que trabaja de una forma única, y que sin duda sabemos que llegarán muy lejos. A través de sus líricas mágicas, sonidos introspectivos y llenos de reflexión, Diles que no me maten, nos invitan a un universo igual de eterno que nosotros mismos, un mundo frágil, sentimental, vulnerable, pero lleno de esperanza y que siempre en cada amanecer podemos tener la fortuna de un nuevo comienzo.
